A primera vista, la avenida del Gürtel no es de los lugares más pintorescos de Viena. Es una calle con mucho tráfico, que marca la línea divisoria entre los distritos céntricos y los periféricos. Por el eje de la avenida circula el tren urbano sobre una especie de muralla, que fue construido por el famoso arquitecto modernista Otto Wagner. Y precisamente es bajo esta muralla, entre las estaciones Thaliastrasse y Nussdorferstrasse, donde se han establecido los nuevos locales de música. Como hay mucho tráfico automovílístico, el ruido de la música a todo volumen no molesta a los vecinos, así que las bandas musicales y los DJs pueden desahogarse sin problemas. En verano estos locales y sus terrazas tienen abierto la noche entera, y en agosto, todos celebran juntos la fiesta Gürtel Night Walk con miles de personas y música en vivo.

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El auge de la avenida del Gürtel empezó con el local Chelsea. Su propietario, un antiguo profesional del fútbol, tuvo el coraje de abrir un local de moda en una zona hasta entonces conocida sólo como lugar de “alterne a media luz”. Hoy hay aquí grupos de música en vivo, así como discjockeys, que ofrecen lo mejor de britpop, punk y otros sonidos por el estilo. El Chelsea se diferencia de los demás bares porque no tiene fachada de cristal como los otros. Como el rhiz, por ejemplo, que se encuentra a unos pocos pasos, y es completamente transparente. Aquí se dan cita los aficionados a la música electrónica, y no es de extrañar que muchas veces la música surja del ordenador. Sonidos de groove se pueden encontrar en el colindante Loop, un local mezcla de bar, club y lounge.

El Kramladen no se atiene a ningún estilo musical concreto, por lo que en él es posible ver desde conciertos de punkrock, cantantes independientes y cantautores hasta fiestas de tecno. En el B72 une guitarras con beats electrónicos y breaks, proporcionándo las mejores mezclas y buen sonido hasta bien entrada la mañana. Ambiente de fiesta hay desde hace años en el Q [kju:], un local con estilo, con bebidas deliciosas y sonido a tono, ya sea house como R’n’B. En Addicted to Rock todo lo que se oye es, obviamente, rock, con un acompañamiento culinario de hamburguesas creativas y un bar especializado en gin-tonics. El Café Carina ofrece una variopinta mezcla musical que va desde el rock hasta la música de autor y las sesiones de micrófono abierto, todos ellos eventos de entrada gratuita.