Se abordarán temas como la historia de la casa, el traslado de Beethoven de Bonn a Viena, su estancia en esta última ciudad - en el antiguo balneario de Heiligenstadt -, la naturaleza, la composición, el dinero, la interpretación y su legado.

En la exposición podrán admirarse antiquísimos audífonos y una caja de apuntador (colocada en el ala de Beethoven para la amplificación del sonido). También hay cosas extravagantes: Los huevos simbolizan el irascible carácter del compositor y se dice que los lanzaba cuando se enfurecía. Una empresa llamada Liebig empezó, a partir de 1875, a acompañar sus paquetes de productos de extractos de la carne con imágenes de colección para intentar (con éxito) que las ventas aumentaran; esta edición expuesta narra el contenido de la ópera de Beethoven Fidelio. Hay zonas de escucha donde se ayuda a los visitantes a sentir la cada vez menor capacidad de audición de Beethoven.

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Beethoven en Heiligenstadt

Fue esta la casa en la que Beethoven, con 32 años, escribió Testamento de Heiligenstadt, sumido en la mayor desesperación. La carta, nunca enviada, iba dirigida a sus hermanos y el compositor la redactó cuando supo que su sordera no tenía curación. Al mismo tiempo trabajó en grandes obras en la Probusgasse, entre las que se incluyen sus Sonatas para piano Opus 31, el oratorio Cristo en el monte de los olivos y la sinfonía Heroica.

Heiligenstadt, alejada en aquel entonces de las murallas de la ciudad, forma hoy parte del elegante distrito 19 (Döbling). A apenas algunos pasos de distancia se encuentra la taberna Mayer am Pfarrplatz en una casa llena de ambiente en la que vivió Beethoven durante un tiempo en 1817 y donde se sirve un vino de excelente calidad.

Otro consejo: a 10 minutos a pie subiendo por la calle Eroicagasse, hay un sendero a lo largo de un arrollo que fue transitado con mucha frecuencia por el maestro, el Beethovengang o Paseo de Beethoven.