Viena es una de las ciudades más verdes del mundo: casi la mitad de su superficie está formada por zonas verdes, debido a los numerosos parques, bosques e incluso parcelas dedicadas al cultivo que se reparten por toda la urbe. La rica oferta de actividades al aire libre y el agua de Viena hacen que la ciudad, además de tener la calidad de vida más alta del mundo, sea también un espacio vital que incluso los animales buscan para vivir.