La Iglesia de San Carlos fue la última gran obra del célebre arquitecto barroco Johann Bernhard Fischer von Erlach. La construcción, finalizada en 1739, se concibió como una promesa del Emperador Carlos VI durante una epidemia de peste. La iglesia está dedicada al patrón de la familia imperial de los Habsburgo, san Carlos Borromeo. Su vida y obras están representadas en las dos columnas de 47 metros de altura que flanquean la puerta de entrada. Los suntuosos frescos que adornan la cúpula de Johannes Michael Rottmayr abarcan 1.250 m² de colores espléndidos.

Mostrar todas las imágenes

1 /de 5

5 pictures

En el interior del templo predomina el mármol con matices rojizos y dorados, mientras que el altar, ricamente decorado, también es obra del arquitecto Fischer von Erlach. En el vestíbulo hay un modelo de la iglesia de 2,48 metros de alto que representa el interior y la fachada con gran detalle. Sobre las tribunas de los órganos, los visitantes acceden a la terraza exterior que se encuentra justo sobre el portal de entrada. Desde ahí, usted podrá disfrutar de una espectacular vista sobre Karlsplatz, el Resselpark, el Musikverein y la Universidad Técnica de Viena. El pequeño pero bonito Museo Borromeo, también llamado Tesoro Imperial, contiene piezas de exposición sagradas, como el histórico traje de viaje del santo patrón.

En el espacio que se abre ante la Iglesia de San Carlos se celebran periódicamente eventos, como el Popfest, el Art Advent o muchas otras celebraciones públicas al aire libre. La fuente, que se llena durante el verano y en la que la iglesia proyecta su imponente imagen, es un popular punto de encuentro. A los amantes de la música clásica les alegrará saber que en la Iglesia de San Carlos se celebran conciertos eclesiásticos con regularidad (como el Réquiem de Mozart o Las Cuatro Estaciones de Vivaldi). Durante el Adviento, los cánticos del góspel envolverán el edificio sacro. La acústica es fantástica.

Mostrar todas las imágenes

1 /de 5

5 pictures