Donde antes los médicos corrían por los diez patios, hoy lo hacen los estudiantes. El complejo de edificios del antiguo Hospital General, hoy conocido como Antiguo AKH (AAKH), caracteriza el distrito de Alsergrund desde hace más de dos siglos. En 1784, el emperador José II transformó el antiguo hospicio en un hospital general siguiendo el modelo del hospital parisino Hôtel Dieu. Aunque el edificio es antiguo, todavía hoy emana mucha vida, y es que el recinto funciona actualmente como campus de la Universidad de Viena. La larga historia de la medicina se respira en todo el barrio alrededor del antiguo hospital.

El punto de partida perfecto para recorrer el barrio estudiantil es la Iglesia Votiva, situada justo junto a la estación de metro Schottentor. Esta iglesia fue erigida en agradecimiento por el fallido atentado contra el emperador Francisco José. Se trata de una de las obras más importantes del neogótico europeo. Merece la pena echar un vistazo al interior. A la izquierda de la iglesia comienza la Universitätsstraße. Entre los típicos edificios vieneses de la época de expansión industrial, amplias aceras, franjas verdes y nuevos carriles bici ajardinados crean un ambiente casi de parque. 

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Si seguimos caminando hacia las afueras de la ciudad, a pocos minutos a pie se encuentra a mano derecha el Ostarrichipark. Rodeados de un colorido prado florido, allí se alzan los Muros de los Nombres de la Shoah, en los que 160 placas de mármol dispuestas en forma ovalada recuerdan a los niños, mujeres y hombres judíos de Austria asesinados durante la época nazi. Este monumento conmemorativo marca el inicio de la parte histórica del barrio. El Banco Nacional de Austria se encuentra justo detrás. El Geldmuseum que alberga permite sumergirse en la historia del dinero. 

Atravesando el Ostarrichipark llegamos al primero de los diez patios del Antiguo AKH. Este patio es un lugar de encuentro muy popular entre muchos estudiantes de la Universidad de Viena, pero también entre aquellos que no estudian y quieren disfrutar de este espacio verde y con sombra, y es que, a pesar de su ubicación céntrica, se mantiene alejado del bullicio. Con el Salettl Sommercamp en verano y el idílico pueblo navideño en invierno, el primer patio es el más animado. Consejo para los amantes de la historia de la medicina: cruzando el primer patio se llega a la Mariannengasse después de pasar por la Spitalgasse.  Allí se encuentra el Museo Viktor Frankl, el cual ofrece una visión del mundo del fundador de la logoterapia. Además, es el único museo en el mundo dedicado por completo a la figura de Viktor Frankl.

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De vuelta en el Antiguo AKH, los patios más alejados se tornan más tranquilos y verdes. La zona después del tercer patio, detrás de la puerta Tietze, esconde un capítulo oscuro de la historia médica vienesa: la Narrenturm (o Torre de los Locos). En 1784, la torre de cinco pisos se convirtió en la primera clínica psiquiátrica de la Europa continental. Entonces se le puso el apodo de «Gugelhupf del emperador José» debido a su forma redonda. Lamentablemente, detrás de este apodo inocente se escondía un lugar donde personas con enfermedades mentales a menudo sufrían tratamientos dolorosos y cuestionables. Hoy en día alberga la mayor colección patológico-anatómica con unas 50 000 piezas. En resumen, la visita a la Torre de los Locos no es apta para personas sensibles.  

Siguiendo por este recorrido histórico, detrás de la Torre de los Locos, un pequeño sendero nos conduce fuera del antiguo recinto hospitalario. Poco después aparece el Arne-Karlsson-Park en la intersección de Währinger Straße y Spitalgasse. Entre zonas de juegos y árboles, un búnker de la Segunda Guerra Mundial, aún accesible hoy en día y convertido en museo, recuerda aquí la oscura época entre 1939 y 1945.

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Por otro lado, en la Währinger Straße predomina una colorida mezcla de pequeñas tiendas de antigüedades, muebles de lujo o vintage y locales gastronómicos. De regreso hacia el centro, en dirección a la Iglesia Votiva, a la derecha se encuentra el Josephinum, un importante museo de historia de la medicina. En él se pueden admirar 2500 piezas de gran relevancia, como modelos anatómicos de cera, instrumentos médicos y manuscritos de fama mundial. Entre los objetos destacados se encuentran el primer endoscopio, de 1806, y un currículum manuscrito de Sigmund Freud, por no mencionar el punzón con la que fue asesinada la emperatriz Sisi en 1898. 
Un poco más adelante de la Währinger Straße se ubica el Votiv Kino, un cine con encanto histórico y una cartelera de películas actuales.

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Tanta historia abre el apetito. La zona que rodea la Iglesia Votiva es muy animada gracias a la amplia oferta gastronómica. El Café Franςais, el Café Stein o el Jonas Reindl Café son ideales para hacer una pausa. Especialmente los estudiantes, que van de un instituto a otro, suelen parar allí. Detrás de la Iglesia Votiva, el restaurante Aspic invita a disfrutar de su alta cocina. Incluso si no encuentras sitio en los locales, en el Votivpark o el Sigmund Freud Park podrás descansar a la vez que disfrutas de las vistas a la Iglesia Votiva.

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