Antiguas lápidas, impresionantes mausoleos y una exuberante vegetación proporcionan un espectacular telón de fondo, especialmente en abril y mayo, cuando florecen las lilas. Sin duda, el cementerio de St. Marx es un lugar que ofrece un ambiente único. Se encuentra en el distrito 3 de Viena y está bien conectado con la línea 71 de tranvía.

Lugar de sepultura de Mozart

El último cementerio de estilo Biedermeier de Viena se hizo famoso por ser el lugar de sepultura de Wolfgang Amadeus Mozart. Fue enterrado aquí el 6 de diciembre de 1791, aunque no se sabe exactamente dónde. Hoy se erige un monumento al genial compositor allí donde se cree que se encuentra su sepultura. A finales del siglo XIX, los restos mortales de Mozart fueron trasladados al Cementerio Central de Viena.

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Un refugio para el hámster europeo

Este cementerio de Viena también esconde otras curiosidades. Por ejemplo, ya hace más de 150 años que no se entierra a nadie aquí. Con la apertura del Cementerio Central en la década de 1870, el cementerio de St. Marx perdió su función, convirtiéndose en una auténtica cápsula del tiempo. Las lápidas del periodo Biedermeier dan una buena idea de la cultura funeraria de la época. Muchos de los epitafios resultan bastante estrambóticos. Aún más estrambótico es el movimiento animal que reina en este antiguo cementerio. La zona se ha convertido en uno de los últimos refugios del hámster europeo, una especie estrictamente protegida que se pasea alegremente por aquí.

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