Quien quiera sumergirse en el barrio de Gersthof en el distrito 18, lo mejor es comenzar en Gersthofer Platzl. ¿Por qué? Porque aquí llegan los tranvías desde el centro y también los ferrocarriles metropolitanos. La red de ferrocarril metropolitano de Viena se construyó a finales del siglo XIX. Hoy en día circulan por esta red (por cierto, construida en superficie) los trenes de cercanías (S-Bahn). En algunos tramos circulan las líneas de metro U4 y U6. El diseño arquitectónico del sistema ferroviario metropolitano estuvo en manos del arquitecto Otto Wagner  (1841-1918), quien creó una obra de arte sin precedentes. Hasta hoy, las estaciones, andenes, barandillas, puentes y viaductos diseñados por él caracterizan el paisaje urbano de Viena y sirven de orientación. Este visionario urbanista fue capaz de pensar en el futuro como ningún otro. 

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La estación Gersthof también es un destino destacado para los amantes de la arquitectura. Forma parte de la línea de circunvalación y alberga incluso su propia cafetería. Aunque la cafetería está lamentablemente cerrada en este momento, merece la pena echar un vistazo a través de las ventanas para admirar el interior con sus paneles oscuros y el viejo suelo de parqué. Cuando la terraza está abierta, el patio ajardinado es un verdadero remanso de paz, mientras que afuera el tráfico pasa a toda velocidad por la Gersthofer Straße. Igualmente bullicioso se muestra Gersthofer Platzl. Aunque la plaza es un nudo de tráfico, entre los típicos puestos de comida rápida, desde Döner hasta fideos asiáticos, se pueden encontrar algunos establecimientos con carácter: Diglas am Markt es una tienda gourmet que incluso vende café tostado por ellos mismos. En esta encantadora tienda, muchos vecinos entran para desayunar o almorzar. Igualmente popular, sobre todo entre el público de mayor edad de Gersthof, es el Café Aida. Casi cada distrito cuenta con una sucursal de esta mítica cadena vienesa de pastelerías. El diseño de los años 50, 60 y 70, los opulentos dulces y mucho rosa aportan el toque retro.

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Dejamos la plaza Gersthofer Platzl y seguimos caminando por la Gersthofer Straße hacia las afueras de la ciudad. Una recomendación para tomar café y disfrutar de algo de repostería es la Lilla Soul Boulangerie. Horst Felzl, antiguo fundador de las conocidas panaderías Felzl en Viena, sigue valorando la artesanía: el pan y los pasteles, elaborados según la tradicional panadería francesa, se hacen y hornean a mano directamente en el local, y eso se nota en el sabor. Antes de seguir, tomamos un breve desvío hacia la Bäckenbrünnlgasse. Esta calle muestra cómo viven los vieneses más acomodados en los suburbios: aquí las casas tienen jardines, balcones y todo es mucho más verde. Un ejemplo es el Brünnl-Hof, construido en 1912 con líneas neoclásicas. 

De vuelta en la Gersthofer Straße, la pizzería Amici nos invita a recuperar fuerzas. En verano, la terraza y la pérgola en el patio interior ofrecen un ambiente especialmente idílico. Tiene sin duda una de las terrazas más bonitas de todo el barrio de Gersthof. Un poco más adelante encontramos acogedoras cafeterías como la Kurkonditorei Oberlaa, famosa por su excelente pastelería, y el Blumencafé. En esta último, el nombre lo dice todo, y es que además de destacar por su abundante decoración floral, se sirve desayuno durante todo el día. Una de sus especialidades son las crepes, tanto dulces como saladas.

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Desde aquí, solo quedan unos pasos hasta el Türkenschanzpark, el corazón verde del barrio y punto de encuentro para todo el mundo, jóvenes y mayores. El parque es el lugar idea para dar un paseo tranquilo, correr, patinar, jugar al ping-pong o simplemente relajarse sobre una manta o en un banco. Los numerosos estanques también ofrecen un bonito hogar a muchos patos y aves acuáticas. En medio del Türkenschanzpark se encuentra la lechería Diglas. Su desayuno (y en realidad toda la carta) merece realmente la pena. 

Seguimos explorando el resto de Gersthof. La Salierigasse, la Ferrogasse o la Bastiengasse son calles residenciales típicas del suburbio, con bonitas casas de la época guillermina. También merece la pena ver el conjunto alrededor de la iglesia parroquial de Gersthof y el Albert-Dub-Park. De regreso hacia Gersthofer Platzl encontramos el restaurante das weinberg, que apuesta por la cocina regional, es decir, por platos vieneses y austriacos. Platos y productos típicos del país, como los caracoles vieneses de Gugumuck, gambas de montaña de Estiria y trucha ártica, se sirven en tamaño tapas, ideales para probar y compartir (también disponibles en porciones estándar si se desea). El idílico jardín de este restaurante de las afueras también es muy recomendable.

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