La Gumpendorferstraße se encuentra entre la Mariahilferstrasse y el Naschmarkt. Antaño fue una calle lateral modesta y de apariencia gris, pero gracias al vecino barrio del MuseumsQuartier (Barrio de los Museos) los establecimientos han ido aflorando también en esta zona. Del mismo modo al comienzo de la Gumpendorferstraße, en los límites del primer distrito, se han asentado algunos establecimientos de moda.

Addicted to Rock ofrece a los fans de la música rock hamburguesas, cantidades de ginebra, cerveza, cócteles y, en algunas ocasiones, conciertos acústicos. El restaurante asiático Ra'mien tiene una excelente cocina y un diseño interior minimalista. A diferencia del Ra'mien Bar en el sótano: El mobiliario de un restaurante chino antiguo es un agradable contraste con los sonidos electrónicos del DJ. Al lado está el ShanghaiTan con un ambiente tenue. Aquí se sirve comida exótica hasta pasada la medianoche y cuenta con un sótano con acogedores reservados.

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En el cine Top Kino, en la esquina de la Rahlgasse, uno no va sólo por las películas. El restaurante contiguo, a los clientes de moda les gusta tomar una copa en el bar. Algo semejante le ocurre al público que acude al Phil: Aquí puede disfrutar y de un café y relajarse en los sofás y los asientos de segunda mano. Estos provienen principalmente de los años 50, 60 y 70 y también están a la venta. Esto también se aplica a una selección de DVDs, libros y discos.

Del café al bar

En Crudo de Monte Ofelio se respira ambiente italiano. Aquí le esperan bebidas de aperitivo de primera, cocina italiana y cócteles increíbles por la noche. Un clásico café vienés se encuentra justo enfrente, cruzando la calle: El Café Sperl, uno de los cafés más bonitos de Viena, con antiguas mesas de billar que todavía están en uso. Merece también la pena darse una vuelta y pasar por la Theobaldgasse: aquí se encuentra el Mon Ami, una encantadora mezcla entre bar y café.

El Duo de diseñadores Walking Chair ha convertido un local nocturno de luces rojas, situado en la esquina de la Girardigasse, en un bar pintoresco al que ha dado el nombre de Puff en recuerdo del pasado. Entre los antiguos rincones oscuros con asientos de cuero se han instalado unas graciosas máquinas de preparación de cócteles; unas flores luminosas confeccionadas a partir de botellas de PET se encargan de producir unos fantásticos efectos ante paredes cubiertas de espejos y, por lo que a los cócteles respecta, se apuesta por el Highball en todas sus variaciones. Si lo que busca es beber buenos cócteles, aconsejamos visitar un bonito restaurante llamado Ma Belle. ¡La casa ofrece a los comensales cocina francesa, también recomendable!

Quien tiene suerte consigue una mesa en el Bistro Fantasy: En un ambiente minimalista, con mucho hormigón y aún más estilo, salen de la cocina platos realmente buenos. Por supuesto, también se puede pasar por la barra solo a tomar un cóctel o una copa. Ahora mismo lo hace mucha gente.

El Eissalon fue una antigua heladería italiana y, aunque hoy en día se vuelve a servir helado, por las noches el local es un bar de vinos y aperitivos. El Luster Bar es un bar de cócteles popular y bien concurrido con copas muy recomendables y un bar con comida de calidad. La vidriera parece flotar como una interesante construcción de estantes ocupados por botellas que se elevan sobre las cabezas de los asistentes.

Quienes quieran adentrarse un poco más hasta llegar a la Esterhazygasse podrá entrar en otro bar de moda: el Miranda Bar tiene una carta con cócteles innovadores y un abundante color pastel que lo diferencia de los bares clásicos.

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